Escrito por la Dra. Mercedes Fernández-Gianotti Pisani
Escuchar a un niño rechinar los dientes mientras duerme puede generar preocupación, pero ¿siempre es un motivo de alarma? En la etapa infantil, ciertos comportamientos orales pueden ser normales, sin embargo, hay señales que no debemos ignorar.
Este artículo te ayudará a distinguir entre un hábito transitorio y un síntoma de bruxismo que requiere atención profesional. Te explicamos cómo identificar el nivel de gravedad, qué consecuencias puede tener si no se trata a tiempo, y cuándo es realmente necesario acudir al dentista. Una guía clara y práctica para tomar decisiones informadas sobre la salud dental de tu hijo.
¿Qué es el bruxismo infantil?
El bruxismo infantil es un hábito involuntario en el que los niños aprietan o rechinan los dientes, especialmente durante el sueño. Aunque es más frecuente entre los 3 y 6 años, en muchos casos no genera complicaciones graves y puede desaparecer de forma espontánea conforme el niño crece y su dentición evoluciona.
Sin embargo, no todos los casos son inocuos. Cuando este hábito es persistente o se acompaña de síntomas como desgaste dental, dolor mandibular o alteraciones del sueño, puede afectar negativamente la salud bucodental e incluso el desarrollo del sistema masticatorio.
Dato interesante: Estudios indican que entre el 15% y el 30% de los niños pequeños presentan algún grado de bruxismo, aunque muchos padres no lo detectan hasta que aparecen señales visibles. Por eso, conocer sus características y evolución es clave para saber cuándo actuar y evitar complicaciones futuras.
Causas del bruxismo en la infancia
Comprender por qué un niño rechina los dientes mientras duerme es fundamental para encontrar el enfoque adecuado de tratamiento. Aunque en muchos casos se trata de una fase pasajera, hay diversas causas que pueden estar detrás de este hábito involuntario. Identificar el origen permite no solo aliviar los síntomas, sino también prevenir que el problema se agrave con el tiempo.
A continuación, te presentamos las causas más comunes del bruxismo infantil, especialmente en niños entre 3 y 6 años:
Estrés o ansiedad infantil
Los niños también acumulan tensión emocional, aunque no siempre lo expresen. Situaciones como empezar el colegio, discusiones en casa o adaptarse a la llegada de un nuevo hermano pueden generar nerviosismo. Esta ansiedad puede manifestarse en forma de presión mandibular durante la noche.
Presencia de parásitos intestinales
Algunos estudios relacionan el bruxismo nocturno con la presencia de lombrices u otros parásitos, ya que provocan malestar general y picor anal que interrumpe el sueño. Esta incomodidad puede traducirse en tensión muscular durante la noche.
Sueño poco reparador
Niños que duermen mal, se despiertan frecuentemente o no logran descansar profundamente tienen más riesgo de desarrollar bruxismo. Un descanso de mala calidad genera cansancio acumulado, lo que puede llevar a apretar los dientes mientras duermen.
Problemas de mordida o crecimiento óseo
Cuando los dientes no encajan correctamente al cerrar la boca, o si la mandíbula y el maxilar no están bien alineados, se produce una distribución desigual de las fuerzas al masticar. Esto puede generar sobrecarga en algunos puntos y desencadenar bruxismo.
Dientes mal posicionados
Durante la etapa de cambio de dentición (dentición mixta), es común que algunos dientes salgan torcidos o en posiciones incorrectas. Esta desalineación puede dificultar la mordida y favorecer el apretamiento inconsciente por la noche.
Estimulación excesiva antes de dormir
El uso prolongado de pantallas o el consumo de alimentos azucarados antes de acostarse puede alterar el sistema nervioso de los niños. Ver televisión, jugar a videojuegos o tomar dulces justo antes de dormir dificulta la relajación y puede contribuir al bruxismo.

Síntomas comunes del bruxismo infantil
Estos pueden indicar que el niño aprieta o rechina los dientes de forma frecuente:
- Rechinido audible durante el sueño, que los padres suelen notar.
- Desgaste visible en los dientes, especialmente en los incisivos temporales.
- Dolor o sensibilidad en la mandíbula al despertar.
- Dolores de cabeza frecuentes, especialmente en la zona de las sienes.
- Interrupciones del sueño o despertar irritado.
- Marcas de mordida en el interior de las mejillas.
- Quejas de dolor al masticar alimentos duros.
La relación entre el bruxismo y la sobremordida
Aunque el bruxismo puede tener múltiples causas, uno de los factores físicos más relevantes es la sobremordida, es decir, cuando los dientes superiores cubren excesivamente a los inferiores al cerrar la boca. Esta alteración en la mordida no solo afecta la estética dental, sino también la forma en que se distribuyen las fuerzas al masticar y apretar los dientes, lo que puede desencadenar o agravar el bruxismo.
¿Por qué la sobremordida favorece el bruxismo?
En una mordida equilibrada, los dientes encajan de forma armoniosa, lo que permite que las fuerzas al masticar se repartan de forma pareja. Sin embargo, en casos de sobremordida, esta distribución se ve alterada, provocando un contacto irregular entre los dientes que puede generar tensión muscular, fatiga mandibular y desgaste dental prematuro.
Además, cuando los dientes no cierran bien, el niño puede intentar inconscientemente ajustar la mordida, lo que se traduce en apretar o rechinar los dientes, especialmente durante el sueño.
Soluciones a la sobremordida infantil
A continuación, te explicamos las principales opciones disponibles para abordar la sobremordida en niños de 5 y 6 años, según la causa y el grado de afectación.
1- Pistas de resina para corregir la sobremordida
Una de las soluciones más efectivas y poco invasivas para tratar la sobremordida en niños pequeños es el uso de pistas de resina compuesta. Estas se colocan sobre los molares temporales y actúan como una pequeña plataforma que modifica el contacto oclusal al cerrar la boca.
¿Qué hacen estas pistas?
- Corrigen la posición mandibular de forma progresiva.
- Ayudan a que los dientes entren en contacto de forma más equilibrada.
- Disminuyen la presión sobre los músculos de la masticación.
- En muchos casos, eliminan el hábito de apretar los dientes, al reducir la causa física que lo origina.
Este tipo de tratamiento debe ser realizado por un odontopediatra con experiencia, ya que requiere un ajuste personalizado y revisiones periódicas para adaptarse al crecimiento del niño.
2- Ortodoncia interceptiva: corrigiendo la sobremordida a tiempo
La ortodoncia interceptiva es una herramienta clave en odontopediatría para corregir problemas de mordida desde edades tempranas, incluso antes de que aparezcan todos los dientes permanentes. En casos de sobremordida en niños de 5 o 6 años, este enfoque permite actuar de forma temprana, guiando el desarrollo de los maxilares y previniendo alteraciones mayores en el futuro.
¿En qué consiste?
Se trata de un tratamiento personalizado que puede incluir el uso de aparatos removibles o fijos diseñados para corregir la posición de los dientes y estimular el crecimiento correcto de la mandíbula. A diferencia de la ortodoncia con brackets en adolescentes, esta fase busca intervenir en el momento ideal del desarrollo óseo, cuando es más fácil redirigir el crecimiento.
¿Cuándo se recomienda?
- Cuando la sobremordida es evidente a simple vista.
- Si hay antecedentes familiares de maloclusión.
- En casos donde la mandíbula inferior está muy retraída.
- Cuando el bruxismo se relaciona claramente con problemas de alineación dental.
Beneficios
La ortodoncia interceptiva ofrece múltiples beneficios cuando se aplica a tiempo durante la infancia. Su principal ventaja es que actúa sobre los huesos en pleno crecimiento, lo que permite corregir problemas de mordida, como la sobremordida, de forma más sencilla y menos invasiva. Además, contribuye a guiar el desarrollo adecuado de la mandíbula y el maxilar, favoreciendo una alineación dental más armónica. Este tipo de tratamiento puede prevenir futuras complicaciones, reducir o incluso evitar la necesidad de ortodoncia fija en la adolescencia, y mejorar tanto la función masticatoria como la estética facial del niño. También ayuda a eliminar hábitos perjudiciales como el bruxismo, cuando están relacionados con alteraciones en la mordida.

Consejo del odontopediatra: La mejor solución para la sobremordida en niños depende siempre de la causa y del grado del problema. Si la sobremordida está afectando el crecimiento mandibular o se asocia con bruxismo, lo ideal es comenzar con pistas de resina o una ortodoncia interceptiva que guíe el desarrollo desde temprano. Si el maxilar superior es muy estrecho, puede ser necesario usar un disyuntor palatino. Y en casos leves o de sobremordida funcional, bastará con un seguimiento regular y mejorar hábitos orales. Lo importante es detectar a tiempo y personalizar el tratamiento para que el niño crezca con una mordida sana y sin complicaciones futuras.
Consecuencias del bruxismo no tratado en niños
Aunque muchos casos de bruxismo en niños pequeños desaparecen por sí solos, cuando el problema es constante y no se trata, puede causar molestias y afectar la salud bucal del niño a largo plazo. Estas son las principales consecuencias que se pueden presentar:
Desgaste de los dientes
Rechinar los dientes durante la noche puede ir desgastando poco a poco el esmalte, haciendo que los dientes se vean más cortos o se vuelvan sensibles al frío y al calor.
Fracturas dentales
En casos más graves, el apretamiento puede romper un diente o provocar pequeñas grietas, sobre todo si los dientes están mal colocados.
Dolor en la mandíbula
El esfuerzo constante de apretar los dientes puede causar molestias al abrir la boca o al masticar, incluso si el niño no sabe explicar bien lo que siente.
Problemas para dormir
El bruxismo puede interrumpir el sueño, haciendo que el niño no descanse bien y se sienta más cansado o irritable durante el día.
Problemas en el desarrollo dental
Si no se controla, el bruxismo puede afectar cómo salen los dientes definitivos y alterar el crecimiento normal de los huesos de la cara.
Diferencias entre el bruxismo y comportamientos normales en niños de 3 a 6 años
Durante la etapa preescolar, muchos niños presentan comportamientos orales que pueden parecer preocupantes a primera vista. Sin embargo, no todos son motivo de alarma.
A continuación, exploramos cómo diferenciar entre señales de bruxismo infantil y comportamientos considerados normales según la edad.
Síntomas típicos del bruxismo infantil:
Comportamientos orales normales según la etapa del desarrollo:
Cuadro comparativo: Bruxismo vs hábitos normales
Característica | Bruxismo | Comportamiento normal |
---|---|---|
Rechinido nocturno audible | Frecuente | No suele presentarse |
Desgaste dental visible | Sí | No |
Dolor mandibular al despertar | Común | Raro o inexistente |
Fractura dental | Posible, requiere atención | Inusual, no esperado |
Molestias al masticar | Posibles en fases avanzadas | Transitorias por dentición |
Consejo del odontopediatra:
“Si tu hijo se ha roto un diente mientras dormía, no lo tomes a la ligera. Puede ser señal de un bruxismo fuerte. Aunque sea un diente de leche, es importante que lo valoremos cuanto antes para evitar más daños y proteger la dentadura definitiva.”
Tratamiento para evitar el bruxismo infantil
El tratamiento del bruxismo en niños debe enfocarse no solo en aliviar los síntomas, sino también en entender qué lo está causando. No todos los casos tienen la misma raíz, por lo que es fundamental observar el comportamiento del niño y buscar asesoramiento profesional si es necesario.
Si el bruxismo se presenta en momentos de cambio o adaptación, como el inicio del colegio, una mudanza o la llegada de un nuevo hermano, es posible que se trate de una reacción temporal al estrés. En estos casos, lo más importante es acompañar al niño emocionalmente, mantener rutinas estables y permitirle adaptarse poco a poco a su nueva situación. A menudo, al recuperar la seguridad y estabilidad, el hábito desaparece por sí solo.
Cuando la causa tiene que ver con la salud general, como la presencia de parásitos intestinales, será necesario tratar el problema médico con el tratamiento correspondiente. Una vez resuelto, es habitual que el bruxismo también disminuya o desaparezca.
En los casos en los que el origen está relacionado con alteraciones en la posición de los dientes o problemas de mordida (maloclusión), es recomendable consultar con un ortodoncista u odontopediatra. Un tratamiento de ortodoncia a tiempo no solo ayuda a corregir la alineación de los dientes, sino que también facilita un desarrollo correcto de sus huesos faciales.
Además, es importante cuidar los hábitos diarios, especialmente antes de dormir. Reducir el uso de pantallas en las horas previas al sueño, evitar el consumo de azúcares por la noche y establecer una rutina relajante ayuda a que el niño descanse mejor y reduzca la tensión acumulada durante el día, disminuyendo así el riesgo de rechinar los dientes mientras duerme.
Conclusión: Detectar el bruxismo infantil a tiempo es clave para evitar problemas mayores
El bruxismo en niños de 3 a 6 años puede parecer un hábito pasajero, pero si se mantiene en el tiempo o aparece con otros síntomas como fracturas dentales, dolor mandibular o alteraciones en la mordida, es fundamental actuar. Entender las causas, diferenciarlo de comportamientos normales y conocer las posibles consecuencias permite tomar decisiones más seguras y proteger la salud bucodental del niño desde una edad temprana.
Gracias a tratamientos como las pistas de resina, la ortodoncia interceptiva o simples cambios en la rutina diaria, es posible corregir el bruxismo y la sobremordida de forma efectiva, sin esperar a que se conviertan en un problema mayor durante la adolescencia.
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Bibliografía
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- Bolaños, E., Gonzales, E., & Del Castillo, E. (2002). El bruxismo infantil. Odontol pediátrica, 10(3), 135-41. https://www.odontologiapediatrica.com/
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Dra. Mercedes Fernández-Gianotti Pisani
Directora Médica de la Clínica Dental Madrid Sur
La Dra. Mercedes Fernández-Gianotti Pisani es la 2ª generación de la clínica dental Madrid Sur. Es licenciada en Odontología por la Universidad Europea de Madrid y se especializó a través del Máster en Periodoncia e Implantes de la Universidad Rey Juan Carlos.
Nº de colegiada: 28006836