Historia de Vallecas: Desde Pueblo Rural hasta Barrio Emblemático de Madrid

Vallecas, situado al sureste de Madrid, no siempre fue parte de la capital. De hecho, este barrio icónico fue un municipio independiente hasta 1950, y su rica historia y espíritu de comunidad lo han convertido en un símbolo de resistencia y orgullo. Hoy en día, Vallecas se divide en dos distritos: Villa de Vallecas y Puente de Vallecas, ambos con una identidad única que refleja su evolución desde sus orígenes rurales hasta el barrio dinámico que es hoy.

El nombre “Vallecas” tiene orígenes fascinantes. Una de las teorías más populares cuenta que un musulmán llamado Kas se asentó en un valle donde construyó su hogar y pastoreaba ganado. Tras su huida en la Reconquista, los cristianos renombraron el área como “Vallekas” en su honor, o «Valle de Kas«​.

Otra teoría sostiene que el nombre proviene de Valli Egas, haciendo referencia a un señor llamado Egas, dueño de una finca agrícola en la zona. Estas historias, aunque distintas, conectan a Vallecas con la influencia histórica de las culturas árabe y medieval.

Los documentos históricos indican que “Vallecas” aparece por primera vez en el Fuero de Madrid de 1202, bajo el reinado de Alfonso VIII, un texto medieval que legislaba la vida local de la villa de Madrid. En este documento se menciona que el área suministraba materias primas y alimentos esenciales a la ciudad, destacando así la importancia histórica de Vallecas como proveedor.


Hasta 1950, Vallecas operaba como un municipio independiente, perteneciente al partido judicial de Alcalá de Henares. Sin embargo, con la expansión de Madrid, Vallecas fue absorbido por la ciudad en un proceso de anexión.

Esta integración trajo una reestructuración administrativa que dividió el antiguo municipio en dos distritos: Villa de Vallecas, que incluye el Casco Histórico, Santa Eugenia y Ensanche de Vallecas; y Puente de Vallecas, con barrios como Entrevías, Palomeras y Numancia​.

Cuando el metro llegó a Puente de Vallecas en 1923, se convirtió en el principal motor de su desarrollo. Gracias a la línea 1, los trabajadores podían desplazarse rápidamente a sus empleos en Madrid, haciendo que Puente de Vallecas creciera a pasos agigantados y dejando a Villa de Vallecas en un segundo plano rural.


Vallecas, a lo largo de los siglos, fue esencial para Madrid debido a su producción de materiales de construcción como yeso y ladrillos. A finales del siglo XIX, el crecimiento industrial de Puente de Vallecas empezó a atraer a trabajadores y familias, mientras que Villa de Vallecas se mantuvo rural, suministrando productos agrícolas y recursos naturales. Con el tiempo, la zona se transformó en un núcleo de actividad económica que abastecía a Madrid, y muchos de sus habitantes se convirtieron en la columna vertebral de la clase obrera madrileña​.

En los años 20, Vallecas fue famosa por sus merenderos, que atraían a familias madrileñas de todas las clases. Estos merenderos populares, muchos de los cuales ofrecían bailes y eventos sociales, ayudaron a Vallecas a hacerse un hueco en la vida social madrileña, especialmente entre los jóvenes.

Vistas del barrio de Vallecas en Madrid

Un capítulo curioso en la historia de Vallecas fue la rivalidad entre Villa y Puente de Vallecas. A medida que Puente se industrializaba y crecía en población, comenzó a demandar más servicios e inversión.

Finalmente, en 1931, Puente de Vallecas ganó su independencia administrativa y trasladó la sede del ayuntamiento a su zona, marcando un hito en la relación entre ambos distritos. Esta “guerra civil vallecana” reflejaba la tensión entre lo rural y lo urbano, y consolidó a Puente de Vallecas como el centro económico del municipio​.

En 1931, en un acto de protesta, los habitantes de Puente de Vallecas llegaron a levantar las vías del tren que recorría el barrio, conocido como La Maquinilla. Esta acción fue una queja por la inseguridad del ferrocarril, que dejaba chispas y humo, y por la falta de atención del gobierno local a las peticiones de los vecinos.


El 22 de diciembre de 1950, Vallecas fue oficialmente anexionado a Madrid. Este proceso se llevó a cabo bajo el régimen franquista y formó parte de una estrategia para ampliar la ciudad y responder a la demanda de más viviendas y servicios industriales.

La integración no fue sencilla y acentuó las desigualdades entre el norte y el sur de la capital, una realidad que todavía marca a los habitantes de Vallecas, que en muchos casos lucharon por obtener los mismos servicios y oportunidades que otros barrios de Madrid​.

La anexión no fue fácil y trajo tensiones a la comunidad. Durante décadas, los barrios de Vallecas lucharon para conseguir la misma dotación de servicios que los barrios del norte de Madrid, lo que generó un espíritu de solidaridad y lucha en los vecinos que sigue presente en su cultura.


Hoy en día, Vallecas es sinónimo de orgullo y comunidad. A pesar de los retos, sus vecinos mantienen viva una identidad única marcada por la solidaridad y la reivindicación social.

Las fiestas populares, como las Fiestas de San Juan y las celebraciones en Puente de Vallecas, son un reflejo del espíritu colectivo que caracteriza a los “vallecanos” y refuerzan su vínculo con el barrio.

El famoso lema “Vallekas con K” refleja el espíritu independiente y la identidad de barrio obrero de sus habitantes. Este “error ortográfico” se usa con orgullo para resaltar la diferencia y fuerza del barrio frente a la capital.

Vallecas ha sido cuna y hogar de personajes ilustres que marcaron la historia del barrio y de Madrid.

Uno de los más destacados es Amós Acero, alcalde durante la Segunda República, conocido por su compromiso con los derechos de la clase trabajadora y por luchar incansablemente por mejoras en la calidad de vida de los vallecanos. Fue ejecutado durante la dictadura franquista, pero sigue siendo recordado y homenajeado como un símbolo de dignidad y resistencia.

Otro personaje destacado es Alfonso Aragón “Fofó”, uno de los “Payasos de la Tele”, quien tiene un monumento en el Cementerio de Vallecas. Su figura es un recuerdo alegre de la infancia de muchos y un símbolo de la conexión de Vallecas con la cultura popular española.


Vallecas ha recorrido un largo camino desde sus raíces rurales hasta su posición actual como uno de los barrios más emblemáticos y vibrantes de Madrid. Su historia está llena de luchas, pero también de logros y un sentido de comunidad que sigue vigente.

Mientras el barrio sigue evolucionando, los habitantes de Vallecas mantienen la esperanza de un futuro en el que su espíritu trabajador y solidario sea siempre una parte esencial de la historia de Madrid.

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